
Irritada, la profesora le repitió: Una ballena no puede tragarse ningún humano, físicamente es imposible.
La niñita le replicó: Cuando llegue al cielo le voy a preguntar a Jonás.
La maestra entonces le preguntó, ¿Y qué pasa si Jonás se fue al infierno?
La niña contestó: Entonces le tocará a usted preguntarle...