La subjetividad humana es constitutivamente ética.
Y la relación educativa sólo puede ser genuinamente
educativa a partir de la ética. La ética no es ni
una opción de la subjetividad ni una opción de la
educación. La ética es el principio constitutivo de la
educación y de la subjetividad humana.
Joan-Carles Melich
Sinceramente es una pregunta
que me hacía mucho al principio, pero que
ahora me interesa menos. Me preocupaba por intentar
precisar cuál debería ser el objeto de estudio de la
Filosofía de la Educación. Sin embargo, en los últimos
años, ya cuando uno se va haciendo mayor, diría
que la Filosofía de la Educación es lo que me permite
decir lo que digo, pensar lo que pienso, escribir lo
que escribo, dar las clases que doy. Es decir, es un
título que no me es ajeno. No obstante, no quiero ser
definido como un filósofo de la educación. Me gusta
más la palabra filósofo a secas. Al fin y al cabo, la
Filosofía de la Educación es Filosofía, sólo que trata
de la educación. Hay muchas personas que huyen del
término filósofo porque consideran que atribuirse tal
condición es adjudicarse una etiqueta grandilocuente.
En mi caso, es justamente todo lo contrario. Para mí
el filósofo, de acuerdo a la etimología de la palabra,
es aquel que aspira a saber, aquel que ama saber. Por
consiguiente, el filósofo es un ignorante, alguien que
se hace preguntas, y eso es lo que yo soy, un ignorante,
alguien que no sabe y que desea saber, que está en
perpetua búsqueda de algo que sabe que nunca conseguirá
comprender. Soy una persona que me hago preguntas
que, de antemano, sé que no puedo responder
definitivamente. Todas las respuestas que doy siempre
son provisionales. En este sentido diría que la Filosofía
de la Educación pretende responder a algunas
preguntas relacionadas con la educación, en especial
a aquellas que hacen referencia a dos aspectos fundamentales:
la condición humana y la ética. ver entrevista