lunes, noviembre 29, 2010
viernes, septiembre 17, 2010
Día de Amor y Amistad
Esta existencia nuestra es tan transitoria
como las nubes del otoño
Observar el nacimiento y la muerte de los seres
es como mirar los movimientos de una danza
Y una vida es como un relámpago en el cielo,
que se desliza veloz como una tormenta
por la pendiente de una montaña.
Siddharta Gauta, El Buda
Da lo que deseas recibir: Amor. Feliz día!!! Equipo Fundación Alejandría.
lunes, septiembre 13, 2010
Creer en nosotros, valorarnos y querernos, son condiciones para vivir en armonía
Creer en nosotros, valorarnos y querernos, son condiciones para vivir en armonía
Por Claudia C. Pinzón R.
La autoestima es un sentimiento valorativo que nace cuando creemos en nosotros, nos aceptamos y nos apreciamos. El cuerpo, independientemente del sexo, de los rasgos del rostro, del tamaño, de la estatura, del peso, de la belleza o de las características físicas que nos hacen distintos, entre unos y otros es una extensión de la existencia.
Cada sujeto posee un cuerpo y cada cuerpo posee una personalidad que puede tener una autoestima positiva o negativa, esto depende del afecto que cada uno tenga por sí mismo, de esto se derivan también nuestros éxitos o fracasos en el logro de los objetivos que nos proponemos día a día. Una autoestima enlazada a un concepto positivo de uno mismo, expresa con diferentes manifestaciones, a través del cuerpo, nuestra percepción del mundo, el valor que damos a nuestra vida y a la de los demás en un entorno inmediato.
La autoestima, potencia la capacidad para crear, para reconocer la intencionalidad de nuestras emociones, nos permite lograr mayor seguridad personal, interactuar, interrelacionarnos, participar activa y armoniosamente en comunidad y en familia y brinda herramientas para liderar nuestra vida. Todos los días mutamos, cambiamos, nos renovamos y en ese ir y volver se re-crea la vida y le damos sentido a nuestra existencia.
Para preservar y disfrutar tu vida, el amor es la mejor decisión!!
lunes, agosto 30, 2010
Sembrando Canciones (Jairo Anibal Niño)
La Fundación Alejandria rinde homenaje a un colombiano, gran poeta y escritor de literatura infantil, que hoy se ha marchado al mundo maravilloso, que durante años construyó para él, a través de sus poemas y de sus cuentos para niños y niñas. Jairo Anibal nos deja el corazón lleno de palabras mágicas, ha abierto una ventana a otro mundo posible. Su creatividad e imaginación seguirá haciendo soñar a muchos de nuestros niños y niñas.
También aprovecho para contar un recuerdo que hoy con la muerte del poeta llega a mi memoria; Cuando mi hijo tenía entre 8 y 9 años ahorraba dinero de sus onces, para poder ir a comprar a la libreria cuentos infantiles el fín de semana. Le gustaban las aventuras y el misterio. Cuando encontraba un título de Jairo Anibal Niño tenía que decidir cuál se llevaba, siempre escogió lo mejor y se sintió felíz de haber tomado esa decisión. Con Zoro y muchos más, aprendió a leer y los dos tuvimos la oportunidad de enseñar a leer a otros pequeños, que tenían dificultades de aprendizaje.
Buen viaje amigo. Gracias por enseñarnos a soñar y llenar de magia nuestras vidas!!
La Fundación Alejandría ha seleccionado este cuento, escrito hace más de 20 años por Jairo Anibal Niño y publicado por el periódico El espectador en un Magazín Dominical. El nos enseñó a describir y querer nuestra hermosa tierra Colombiana, en donde la esperanza muere y renace cada día.
“Sembrando Canciones” (Jairo Anibal Niño)
En las cercanías de Tolú (Departamento de Sucre, Colombia), hace muchos años, existió un árbol que por los meses de abril y mayo se llenaba de cientos de frutos de forma esferoide, cristalinos, y olorosos a agua florida. Cada fruto tenía por dentro un par de peces de color azul.
Un día pasó cerca de ese lugar una niña que se llamaba María Padilla. El árbol, en medio de un bosquecillo de uvas de monte, parecía una inmensa camisa de seda que alguien hubiera puesto a secar al sol.
Cuando la niña entró en la fresca sombra de color ámbar del árbol, uno de los frutos cayó a la tierra, y salieron saltando los dos pececitos.
La niña se quedó sin ningún movimiento a causa del asombro. Su sorpresa fue mayor cuando se dio cuenta que los peces hablaban. El único defecto que tenían era que las palabras terminaban en una sucesión de ecos como si fueran burbujas.
-Hemos tenido suerte, dijo un pez.
-Mucha suerte, afirmó el otro.
-Por qué?, preguntó la niña.
El pez que había hablado primero, dijo: cada cien años cae a tierra uno de los frutos de este árbol. Si al ocurrir ese hecho, hay un niño(a) cerca, la pareja de pececillos se salvará porque esa persona los llevará hasta el mar.
El pez que había hablado en segundo término, exclamó: Tiene que ser un niño(a) porque los adultos no nos pueden ver.
La niña contempló los cientos de frutos transparentes llenos de peces, y dijo: ¿Y ellos? El pez que había hablado primero, contestó: Dentro de poco tiempo, todos esos frutos abren sus cáscaras, y los peces se evaporan y suben al espacio. Arriba en lo alto del aire, hay un mar muy grande, un océano de nubes donde navegan pueblos enteros de peces de viento.
El pez que había hablado en segundo término, dijo: si nos llevas al mar, nosotros con el paso de los años nos vamos a convertir en un par de islas maravillosas, donde algunas personas de corazón limpio encontrarán la felicidad.
El pez que había hablado primero, exclamó: Tiene que apurarse. No podemos permanecer mucho tiempo a la intemperie.
María Padilla los acomodó en el fondo de un canasto que había llevado para recoger frutas silvestres, y corrió hacia el mar. Cuando llegó a la playa no se detuvo sino que se metió en el agua y delicadamente hundió su canasto entre las olas. Los peces se alejaron y la niña creyó oír un canto, pero como si la música saliera de una boca de vidrio.
Al llegar a su casa, María le contó a sus padres lo que le había sucedido. Ellos la escucharon con atención y no dijeron una sola palabra. Solamente sonrieron.
Al otro día la niña notó que había algo en el fondo del canasto.
–Parecen semillas, dijo el padre.
–¿Semillas?, preguntó la madre.
–Sí; y son muy raras. Jamás había visto nada parecido y eso que soy un campesino que se precia de conocer las cosas de la tierra.
–¿Y qué vamos a hacer con ellas?, preguntó la madre.
–Sembrarlas, dijo María.
El padre exclamó: ¿Y dónde? Somos muy pobres y sólo tenemos una parcela que aduras penas nos da para comer.
- Hay que hacerlo, insistió la niña.
El hombre por complacer a su hija las sembró, y a los pocos días salieron unos brotes de color turquí. Cuentan que la familia tuvo que luchar durante varios años para preservar el cultivo, porque resultaron ser unos árboles muy delicados y de crecimiento lento. Pero al final sus esfuerzos fueron recompensados por la presencia del bosque más bello del mundo.
La alegría de la familia Padilla no tuvo límites cuando recogió su primera cosecha. Los frutos de un árbol eran copas, vasos, pocillos y platos, de cristal y porcelana. Otro dio dulces de ajonjolí y alegrías de coco y anís. Uno de hojas de vario-pintas se cubrió de guayaberas bordadas. Otro dio sombreros voltiaos, borsalinos y jipijapas. Varios frutecieron con vestidos estampados para mujer, y pantalones y camisas de color blanco para los hombres. Dos o tres dieron lámparas de aceite. Uno de follaje tornasol dio muchos nidos y dentro de cada nido había albarcas, zapatillas de charol, botas y zapatos capricho. Otro produjo hamacas. Uno muy alto dio unos frutos que eran mitad tabacos y mitad fósforos de palo. Había uno muy hermoso que en cada cosecha daba cincuenta redes de pescar.
Pero a María Padilla el que más le gustó fue un árbol de frutos muy brillantes y con una pulpa perfumada que tenía la virtud de ser inolvidable. Ese árbol, siempre, en cualquier época del año, estaba cargado de canciones.
También aprovecho para contar un recuerdo que hoy con la muerte del poeta llega a mi memoria; Cuando mi hijo tenía entre 8 y 9 años ahorraba dinero de sus onces, para poder ir a comprar a la libreria cuentos infantiles el fín de semana. Le gustaban las aventuras y el misterio. Cuando encontraba un título de Jairo Anibal Niño tenía que decidir cuál se llevaba, siempre escogió lo mejor y se sintió felíz de haber tomado esa decisión. Con Zoro y muchos más, aprendió a leer y los dos tuvimos la oportunidad de enseñar a leer a otros pequeños, que tenían dificultades de aprendizaje.
Buen viaje amigo. Gracias por enseñarnos a soñar y llenar de magia nuestras vidas!!
La Fundación Alejandría ha seleccionado este cuento, escrito hace más de 20 años por Jairo Anibal Niño y publicado por el periódico El espectador en un Magazín Dominical. El nos enseñó a describir y querer nuestra hermosa tierra Colombiana, en donde la esperanza muere y renace cada día.
“Sembrando Canciones” (Jairo Anibal Niño)
En las cercanías de Tolú (Departamento de Sucre, Colombia), hace muchos años, existió un árbol que por los meses de abril y mayo se llenaba de cientos de frutos de forma esferoide, cristalinos, y olorosos a agua florida. Cada fruto tenía por dentro un par de peces de color azul.
Un día pasó cerca de ese lugar una niña que se llamaba María Padilla. El árbol, en medio de un bosquecillo de uvas de monte, parecía una inmensa camisa de seda que alguien hubiera puesto a secar al sol.
Cuando la niña entró en la fresca sombra de color ámbar del árbol, uno de los frutos cayó a la tierra, y salieron saltando los dos pececitos.
La niña se quedó sin ningún movimiento a causa del asombro. Su sorpresa fue mayor cuando se dio cuenta que los peces hablaban. El único defecto que tenían era que las palabras terminaban en una sucesión de ecos como si fueran burbujas.
-Hemos tenido suerte, dijo un pez.
-Mucha suerte, afirmó el otro.
-Por qué?, preguntó la niña.
El pez que había hablado primero, dijo: cada cien años cae a tierra uno de los frutos de este árbol. Si al ocurrir ese hecho, hay un niño(a) cerca, la pareja de pececillos se salvará porque esa persona los llevará hasta el mar.
El pez que había hablado en segundo término, exclamó: Tiene que ser un niño(a) porque los adultos no nos pueden ver.
La niña contempló los cientos de frutos transparentes llenos de peces, y dijo: ¿Y ellos? El pez que había hablado primero, contestó: Dentro de poco tiempo, todos esos frutos abren sus cáscaras, y los peces se evaporan y suben al espacio. Arriba en lo alto del aire, hay un mar muy grande, un océano de nubes donde navegan pueblos enteros de peces de viento.
El pez que había hablado en segundo término, dijo: si nos llevas al mar, nosotros con el paso de los años nos vamos a convertir en un par de islas maravillosas, donde algunas personas de corazón limpio encontrarán la felicidad.
El pez que había hablado primero, exclamó: Tiene que apurarse. No podemos permanecer mucho tiempo a la intemperie.
María Padilla los acomodó en el fondo de un canasto que había llevado para recoger frutas silvestres, y corrió hacia el mar. Cuando llegó a la playa no se detuvo sino que se metió en el agua y delicadamente hundió su canasto entre las olas. Los peces se alejaron y la niña creyó oír un canto, pero como si la música saliera de una boca de vidrio.
Al llegar a su casa, María le contó a sus padres lo que le había sucedido. Ellos la escucharon con atención y no dijeron una sola palabra. Solamente sonrieron.
Al otro día la niña notó que había algo en el fondo del canasto.
–Parecen semillas, dijo el padre.
–¿Semillas?, preguntó la madre.
–Sí; y son muy raras. Jamás había visto nada parecido y eso que soy un campesino que se precia de conocer las cosas de la tierra.
–¿Y qué vamos a hacer con ellas?, preguntó la madre.
–Sembrarlas, dijo María.
El padre exclamó: ¿Y dónde? Somos muy pobres y sólo tenemos una parcela que aduras penas nos da para comer.
- Hay que hacerlo, insistió la niña.
El hombre por complacer a su hija las sembró, y a los pocos días salieron unos brotes de color turquí. Cuentan que la familia tuvo que luchar durante varios años para preservar el cultivo, porque resultaron ser unos árboles muy delicados y de crecimiento lento. Pero al final sus esfuerzos fueron recompensados por la presencia del bosque más bello del mundo.
La alegría de la familia Padilla no tuvo límites cuando recogió su primera cosecha. Los frutos de un árbol eran copas, vasos, pocillos y platos, de cristal y porcelana. Otro dio dulces de ajonjolí y alegrías de coco y anís. Uno de hojas de vario-pintas se cubrió de guayaberas bordadas. Otro dio sombreros voltiaos, borsalinos y jipijapas. Varios frutecieron con vestidos estampados para mujer, y pantalones y camisas de color blanco para los hombres. Dos o tres dieron lámparas de aceite. Uno de follaje tornasol dio muchos nidos y dentro de cada nido había albarcas, zapatillas de charol, botas y zapatos capricho. Otro produjo hamacas. Uno muy alto dio unos frutos que eran mitad tabacos y mitad fósforos de palo. Había uno muy hermoso que en cada cosecha daba cincuenta redes de pescar.
Pero a María Padilla el que más le gustó fue un árbol de frutos muy brillantes y con una pulpa perfumada que tenía la virtud de ser inolvidable. Ese árbol, siempre, en cualquier época del año, estaba cargado de canciones.
jueves, mayo 20, 2010
jueves, mayo 06, 2010
Las 8 claves de la Felicidad Infantil
Queremos compartir con nuestros (as) lectores(as) el texto, que nos han enviado para publicación, Silvia Movellán e Yrene Cuadrado
Ser amable: los niños amables experimentan mayores niveles de satisfacción y energía, se vuelven más cariñosos y agradables y gozan de estabilidad en su ámbito social (colegio fundamentalmente). No en vano, varios estudios han demostrado que en la edad adulta la amabilidad y la inteligencia son los rasgos más relevantes que se tienen en cuenta a la hora de buscar pareja en cualquier cultura.
Dar las gracias: los niños que desarrollan su actitud de reconocimiento y gratitud hacia las cosas que poseen entienden lo habitual como un regalo que además, favorece la estabilidad mental y enriquece su crecimiento en el entorno familiar. Cuando se muestra respeto por las cosas que hacen por nosotros, valoramos también lo importantes que somos para el grupo generando un sentimiento de pertenencia y seguridad dentro de la comunidad.
Positivismo: los niños educados en una interpretación positiva del mundo son más seguros y creen más en sí mismos. Las personas positivas tienen un mayor control de su mente y las interpretaciones que ésta haga de la realidad son fundamentales para definir la calidad de vida percibida y alcanzar la plena felicidad. En la edad adulta el positivismo ayuda a encontrar oportunidades (a nivel personal y laboral) y enfocar las soluciones de manera más directa. Además, suelen ser personas generosas, persistentes y responsables que se deprimen menos y tienden a ser enormemente apreciadas en sus círculos sociales debido a la empatía y energía que genera esta actitud.
No etiquetar: las etiquetas limitan y perjudican el desarrollo de la identidad del niño. “Eres un niño malo” o “vaya niña más llorona” son descripciones que se utilizan cuando los pequeños reiteran sus actitudes y que predisponen al niño a moldear su actitud para encajar en este perfil. La mejor manera de desarrollar la felicidad en la infancia es tratarles como si fuesen lo que deberían ser para convertirles en lo que potencialmente pueden ser: no debemos cometer el error de etiquetarle como si el ser malo fuese algo inherente en el niño y que no se puede cambiar, de esta forma sólo conseguiremos que el niño se habitúe al adjetivo y que lo viva como “yo soy así, y por tanto no lo voy a cambiar”. Podemos establecer como alternativa: “Eres un niño bueno pero te estás portando mal”, focalizando hacia la actividad concreta que hace mal.
No dramatizar: cuanto antes comencemos a educar a los niños para que le den a las cosas su justo valor, mejor diferenciarán y aprenderán a distinguir los rasgos realmente importantes de la vida. En ocasiones, se ve como hay padre que dramatiza porque su hijo ha suspendido un examen, cuando hay una recuperación posterior donde puede superarse a sí mismo, y no le damos importancia a conductas que sí se debe extinguir, como pegar a sus hermanos o a otros niños, insultar o faltar al respeto.
Logro personal: los niños son un 49% más felices si consiguen sus objetivos por méritos propios. Los psicólogos utilizan el principio de Restricción de Privilegios (ordenador, móvil), para provocar la reacción de normalización por parte del niño “consentido”, que aparece tras reacciones iniciales de rabia del niño y resistencia de los padres ante la eliminación de objetos cotidianos, muchos padres lo verbalizan como “hace mucho tiempo que no veía a mi hijo tan tranquilo.” Desde que son bebés hasta la adolescencia, los niños sufren de manera creciente en los últimos años el “síndrome de niño insaciable”, donde sus actitudes desembocan en problemas de personalidad y conducta, provocando aislamiento, marginalidad e insatisfacción personal.
“Cada vez los hijos tienen más de más cosas y no por ello podemos afirmar que son más felices, es más, podemos afirmar que cuando les faltan ciertas cosas que ellos han llegado a considerar imprescindibles, como el móvil o el ordenador, sus reacciones de rabia son intensas. Además, en general cuantas más cosas tienen los hijos, más cosas quieren por la progresión insaciable que supone el tener frente a la gran demanda que existe hoy día. Y llega un momento en que los padres se encuentran incapaces de proporcionar más satisfacción. Los padres no se sienten más satisfechos porque ven que no disminuye el grado de exigencia en los hijos, aumenta el grado de inconformismo y disminuye la dedicación a actividades que requieren esfuerzo y que quizá son menos gratificantes a corto plazo, como estudiar o ayudar en tareas propias de casa”, subraya Silvia Álava.
Autonomía: los niños desarrollan su independencia del entorno paterno conforme van creciendo, esto potencia su autoestima y su confianza en sí mismos. Dejar que juegue solo o que realice algunas tareas del hogar sencillas es también una manera de educar en la igualdad. Se trata de favorecer una correcta autonomía en el niño que le haga más feliz y más seguro. También es bueno dejar que el niño esté enfadado en algunos momentos, los padres tienden a “salvar” a sus hijos de cualquier sufrimiento pero esto limita su independencia y capacidad de experimentar sus sentimientos. No es malo sentirse triste a veces.
Inteligencia emocional: es muy importante educar al niño para que desarrolle estas habilidades, esto es, aprenda a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica. Esto genera tranquilidad y armonía en el carácter de los pequeños: las emociones son buenas, y los niños reaccionan de una forma física ante ellas, produciendo por elementos bioquímicos generados por el cerebro que ayudan a detectar si hay peligro, a protegernos del daño, a superar nuestros miedos, etc. Adecuando a cada edad para saber qué habilidades hay que desarrollar en cada etapa, los niños desarrollan su conocimiento individual personal, su identidad, su autoestima y determina en gran medida el éxito en la vida adulta.
Por edades:
Por edades:
· Desde el nacimiento hasta los 2 años: Las experiencias infantiles impregnadas de afecto pasan a formar parte de la personalidad a través de la memoria, aprende a andar y a hablar y su mundo se expande.
· Desde los 2 años: entran en su mundo las miradas ajenas, disfrutan al ser mirados con cariño. A partir de ahora cobra gran fuerza educativa la satisfacción ante el elogio o ante las muestras de aprobación de aquellos a quien él aprecia.
· Hacia los 7- 8 años nos convertimos en actores y jueces: reflexión y libertad. Y aparecen el orgullo y la vergüenza aunque no haya público.
· Hacia los 10 años pueden integrar sentimientos opuestos. Empieza a darse cuenta de que los sentimientos deben controlarse.
La felicidad es algo subjetivo, que tiene dos componentes, el afectivo, (la experiencia de experimentar emociones positivas), y el cognitivo, (sentirse satisfecho uno mismo con su propia vida). Sólo un 10% de la felicidad depende de las circunstancias externas, y aunque la capacidad para ser feliz es algo innato, está en nuestra mano incrementarla. Poseemos un increíble potencial de mejora de la dicha y el bienestar que depende exclusivamente de nuestros actos y pensamientos, y podemos trabajar con los niños para que aprendan a ser más felices desde pequeños.
Factores que influyen en la felicidad:
· Desde los 2 años: entran en su mundo las miradas ajenas, disfrutan al ser mirados con cariño. A partir de ahora cobra gran fuerza educativa la satisfacción ante el elogio o ante las muestras de aprobación de aquellos a quien él aprecia.
· Hacia los 7- 8 años nos convertimos en actores y jueces: reflexión y libertad. Y aparecen el orgullo y la vergüenza aunque no haya público.
· Hacia los 10 años pueden integrar sentimientos opuestos. Empieza a darse cuenta de que los sentimientos deben controlarse.
La felicidad es algo subjetivo, que tiene dos componentes, el afectivo, (la experiencia de experimentar emociones positivas), y el cognitivo, (sentirse satisfecho uno mismo con su propia vida). Sólo un 10% de la felicidad depende de las circunstancias externas, y aunque la capacidad para ser feliz es algo innato, está en nuestra mano incrementarla. Poseemos un increíble potencial de mejora de la dicha y el bienestar que depende exclusivamente de nuestros actos y pensamientos, y podemos trabajar con los niños para que aprendan a ser más felices desde pequeños.
Factores que influyen en la felicidad:
Exterior: es todo aquello que nos rodea y tiene que ver con las necesidades reales y ficticias de las personas, las compras, los caprichos, etc. También tiene que ver con el trabajo, la salud y el amor.
Genética: hasta un 50% de nuestra predisposición a ser felices es heredada.
Uno mismo: otro 40% de la felicidad depende de nosotros mismos à desde la infancia a la madurez podemos aprender a ser felices desarrollando una serie de aptitudes. Más información: Edelman: 91 556 01 54 (Madrid, España) silvia.movellan@edelman.com,
Uno mismo: otro 40% de la felicidad depende de nosotros mismos à desde la infancia a la madurez podemos aprender a ser felices desarrollando una serie de aptitudes. Más información: Edelman: 91 556 01 54 (Madrid, España) silvia.movellan@edelman.com,
domingo, marzo 21, 2010
Dia Mundial del Agua.
La Asamblea General de las Naciones Unidas En resolución A/RES/47/193 del 22 de diciembre de 1993 establece que el 22 de marzo de cada año es declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce). Se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia publica a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos. Enlace
sábado, marzo 20, 2010
Recomendaciones para una mejor alimentación infantil
En Colombia al igual que en muchos otros países del mundo, la alimentación infantil resulta ser una de las grandes preocupaciones de la familia, entre otras, porque los niños y niñas son resistentes a comer frutas y hortalizas, en ocasiones, debido a que desde pequeños no se les ha acostumbrado a ellos. La comida "chatarra ha ocupado el lugar de los alimentos frescos y nutritivos, sin embargo, aún estamos a tiempo de hacer cambios en la dieta para mejorar la calidad de vida de nuestros hijas e hijas. Razón por la que les compartimos información y recomendaciones de La Asociación 5 al día (Asociación sin ánimo de lucro), la cual proporciona 10 consejos para mejorar la alimentación infantil; para que crezcan sanos y con unos hábitos nutricionales adecuados. Usar este enlace.
domingo, febrero 21, 2010
CD Rom Interactivo sobre Educación Sexual Infantil y juvenil
Nuestro recomendado para este mes es el CD Interactivo para Descubrir y conocer sobre la sexualidad, material dirigido a niños, niñas y jóvenes. Encontrarán respuesta a las preguntas más comúnes de los niños, niñas y jóvenes y una amplia información para dialogar tanto en el aula como en el hogar. Visite aquí X-CaLeTa.CoM
viernes, febrero 19, 2010
Concurso "Innovación Escolar" (Inclusión)
Desde el Portal Avanza, nos indican que hasta el 31 de marzo están abiertas las inscripciones para participar en el Concurso promovido por el Ministerio de Educación Nacional, la Organización de EstadosIberoamericanos (OEI), OREALC-UNESCO, la Fundación MAPFRE y la Fundación Saldarriaga Concha.
Haz clic aquí.
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