lunes, agosto 23, 2004

El amigo imaginario: Entre la fantasía y la realidad

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La fantasía es una gran proveedora a la que los niños recurren para satisfacer sus deseos. Gracias a ella se aumenta la capacidad de crear, de imaginar, de ir más allá de lo evidente y lo inmediato.

A a los cuatro años, edad en la que hay tantas cosas fantásticas y lo real y lo imaginario están muy entrelazados, una de las múltiples manifestaciones normales de la fantasía infantil la constituye la creación de un amigo imaginario con el que habla sobre los sucesos del día.

Estos amigos, por invisibles que sean, adoptan en ocasiones una sorprendente realidad. Algunas veces son personajes de ficción, héroes de las películas o de los cuentos infantiles. Otras veces pueden poseer nombres absolutamente originales y hablan de ellos con tal convicción, que incluso llega a creerse que son amigos de la familia.

No sólo tienen nombres, sino también personalidades, rasgos físicos definidos, y algunos hasta manías. Duermen con el niño, le escuchan las penas y lo acompañan.

Estos personajes tienen la particularidad de ser invisibles para todo el mundo a pesar de la naturalidad con que les trata el niño. Existen amigos invisibles de muchas clases y cumplen, como se verá, diversas funciones, pero todos poseen en común el aparecer en esta etapa “mágica” de los niños.

Algunos padres llegan a inquietarse cuando encuentran a su hijo enfrascado en una amena conversación con un ser invisible o dándole el mismo regaño que a él le han dado un rato antes.

Algunos papitos se preocupan porque creen que tener amigos imaginarios es propio de niños raros o inadaptados. Los niños que poseen un compañero invisible suelen ser más independiente, cooperadores, felices, menos agresivos y, además, cuentan con un vocabulario más rico.

No todos los niños cuentan con un amigo imaginario, este es más común en los niños que son hijos únicos o les cuesta trabajo hacer amigos.

Fuente: Colorincolorradio

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