Cada año, más de 600,000 niños vistos por el sistema de bienestar infantil de los EE.UU. por presunto abuso o abandono no reciben atención de salud mental para las secuelas de esos abusos.
Esto informa un estudio en la edición de agosto del Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.
Investigadores de la Universidad de Duke analizaron datos nacionales sobre niños y adolescentes investigados por agencias de bienestar infantil por abuso o negligencia reportados.
Cerca de 1.7 millones de niños y adolescentes se ven involucrados en tales investigaciones cada año.
Los investigadores encontraron que 48 por ciento de los niños tenían problemas emocionales o conductuales "clínicamente significativos", pero sólo una cuarta parte de ellos recibían atención de salud mental especializada.
Los niños con ciertas características tenían más probabilidades de recibir servicios de salud mental, tales como víctimas de abuso sexual en edad preescolar, o niños cuyo padre es un enfermo mental grave.
Pero los niños negros tenían menos probabilidades de recibir ayuda, así como los niños que no habían sido colocados en cuidado adoptivo, una preocupación particular, ya que el 90 por ciento de los niños presuntamente víctimas de maltrato continuaban viviendo en el hogar de sus padres, según el estudio.
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