miércoles, marzo 09, 2005

Tener amigos, parte del desarrollo del niño

La familia provee la estructura básica para la formación de la personalidad del niñ@, sin embargo, es con l@s amig@s que pueden explorar otras facetas de su personalidad. Somete a prueba diferentes aspectos de sí mismo, estilos y nuevas aventuras a través de la mirada de un amig@. Aprende de sí mismo pero al mismo tiempo adquiere el conocimiento para atraer y conservar una amistad. Son propios de la amistad el dar y recibir, la solidaridad y el compartir. Especialmente sienten que pueden relacionarse de igual a igual, cosa que no sucede con los padres, hermanos y su circulo familiar amplio inmediato.

Desde el segundo año de vida el(la) pequeño(a) debe relacionarse con otr@s niñ@s de la misma edad. Aprender el equitativo dar y recibir, los ritmos de la reciprocidad: cuando dominar y cuando someterse. Información vital para las relaciones futuras. De esta forma reconoce las señales que significan que debe ceder o mandar. Poco a poco va a descifrar como relacionarse. De lo contrario, va a estar aislado. A esta edad l@s niñ@s son exigentes y sensibles a las necesidades de otr@s. Su aprendizaje es por medio de la imitación. Han desarrollado una habilidad especial para observar e imitar secuencias enteras del comportamiento de un igual, es único a esta edad.

Los adultos deben permanecer por fuera de los juegos de l@s niñ@s con sus amig@s, no deben intervenir para que el proceso de aprendizaje sea enriquecedor. La participación de los adultos puede a instigar al nin@ hacia una actitud sociable o agresiva. Cuando se orienta al niñ@ para que devuelva golpe por golpe o a que se comporte de manera diferente, para él significa que no se le acepta como es y su imagen de sí mismo se empobrece.

Si su niño es agresivo e impulsivo, encuentren un amigo como él. Ambos podrán llegar a escalar frenéticas cumbres de actividad y a encontrar formar de calmarse. Aprenderán cómo limitarse a sí mismos y sobre lo que sucede cuando se dejan llevar desmedidamente por sus impulsos. Después de jugar regularmente dos o tres veces a la semana, estos niñ@s aprenderán a relacionarse. De igual forma el sociable debe conocer amig@s compatibles para desarrollar sus habilidades comunicativas.

En general, l@s niñ@s de dos a tres años disfrutan del juego paralelo, en que aprenden sobre los límites y aprenden de l@s otr@s acerca del lenguaje.
Tomado de “Su Hijo”, de T.Berry Brazelton, MD, y adaptado por Fundación Alejandría