martes, julio 14, 2009

Existir en mundos posibles

La realidad se devela de múltiples formas, presenta posibilidades infinitas que hacen tintinear, dudar, interpelar, seducir, atrapar, asustar, atraer, atar, espantar, distraer, consumir, desear, sentir y trascender el sentido de vida de cada uno dentro de su finitud.

Es mi realidad o la del otro la que vemos o sentimos? Son nuestras realidades las que se encuentran? Nos encontramos, me encontraron o los encontré? Nos adivinamos, me adivinaron o los adiviné? Estás en mi fantasía o soy parte de la tuya? Estás en mí yo o en mí nosotros? Compartimos esta realidad porque lo decidimos o porque chocaron nuestros cuerpos en el ir y volver?

Es en lo intangible de la realidad y en la experiencia misma de las psiques con, en y fuera del cuerpo, que nos podemos reconocer en la naturaleza, estar en el espacio y el tiempo nos hace seres reales. Sin embargo, no es posible asir la realidad pero sí muy fácil estar atrapados dentro de ella, es parte del juego; si estoy afuera también estoy adentro y si estoy adentro también estoy afuera, siempre estamos decidiendo sobre el punto de partida, el cual se mueve vertiginosamente en diferentes dimensiones y contrastando realidades. En cada decisión nos arriesgamos, saltamos, nos disolvemos, nos desplazamos, pero esto junto a la contingencia del otro y de lo otro. Es este fluir que da sentido a la vida, es la existencia transformando la materia en energía pura, energía irradiada en cada gesto, en cada movimiento, en cada expresión.

La realidad compartida, es una suma de realidades, es el encuentro de vidas enigmáticas y misteriosas que se desplazan, se entrecruzan, desencuentran y se recrean en el descubrimiento del cosmos, del otro, del yo, del mar galáctico de posibilidades en implosión y explosión creando y co-creando.

Somos cuerpo y piel siendo atravesados por sensaciones que generan emociones y activan circuitos complejos que producen otras realidades. Nuestros cuerpos son productores de posibilidades: creamos, jugamos, amamos, sufrimos, deseamos, decidimos y participamos viviendo experiencias consciente o inconsciente.

Cada uno afecta la realidad que ve y es en la intención que reposa la fuerza impulsadora de esa afección y en la medida que afectamos la realidad esta nos afecta, nos reta, nos confronta, nos propone y de nuevo nos arroja al afuera, al mar de emociones, de posibilidades.

Existimos a través del otro, por lo otro, con y en el otro. Como partículas de luz viajamos en el universo proyectando en el espacio el reflejo de una existencia ya vivida y una por vivir. Entonces surge la pregunta ¿si ahora tenemos la oportunidad de existir en ese mundo de posibilidades, cuál es el compromiso adquirido por cada uno(a) con el cosmos, con los ecosistemas de nuestro planeta, con nuestros niños y niñas, cuáles son sus mundos posibles?

Imagen de allday