miércoles, febrero 18, 2009

La imaginación de los niños y niñas, un derroche de creatividad

La creatividad es la manifestación de la vida, es una condición inherente al ser humano, es una expresión de placer. A través de la creatividad podemos presentar una idea de una u otra forma.

En el caso de la infancia, la creatividad no es sólo una manera de expresar los sentimientos, lo que sienten a través de su cuerpo o lo que piensan, sino que además expresan el mundo que los rodea.

Los niños son grandes creadores, su imaginación fluye de manera espontánea y natural. Los adultos tienen más represiones sociales e individuales que les limitan todo su potencial creador. Sin embargo, la creatividad es fundamental en el desarrollo aprendizaje y trascendencia del ser humano, y debe ser estimulada en cada instante de la vida.

Cuando el niño(a) muestra deseos de expresarse recitando, cantando, bailando, escribiendo, pintando y armando rompecabezas, se debe celebrar. Si el niño(a) no muestra el impulso por sí mismo, hay que incitarlo para que sienta deseos de hacerlo. La creatividad no solo se relaciona con actividades artísticas, también se expresa con ideas originales, nuevas respuestas a las preguntas de siempre. Así que sentir, tocar, palpar, oler, observar, pensar y razonar, entre otros, son manifestaciones de actos creativos.

Escuchar música con los niños(as), enseñarles a bailar, invitarlos a pintar con las manos, y con su cuerpo, darles a probar diferentes alimentos preparados con la ayuda de ellos, dibujar y colorear son claves en el proceso de crecimiento emocional de los niños(as), pues es así como se apropian de imágenes con las que luego representarán su mundo. Sugerimos dejar a su alcance objetos que hagan las veces de instrumentos musicales, ropa con la que puedan disfrazarse, plastilina, temperas o vinilos, pinceles, crayones, papel, arcilla y masa para moldear. Es así como desarrollan habilidades para percibir la realidad que lo rodea, aprenden a utilizar todos los sentidos para descubrirse ellos como sujetos que participan en una comunidad y como creadores e integrantes del universo.

Otra actividad indispensable son los juegos al aire libre, motivarlos para que se interesen por el universo que está afuera, mostrarles la luna, el sol, contarles que la tierra gira alrededor del sol y porque tenemos el día y la noche, el calor y el frío. Mostrarles animalitos como las hormiguitas cargando sus hojitas para el nido y como su organización se constituye su comunidad. Comparar plantitas, su crecimiento, analizar la forma de las hojas, las flores; observar como las mariposas riegan con su lengua las semillas en cada aleteo de flor en flor. Advertirles lo frágil que es la naturaleza y como el cosmos está entrelazado por cintas invisibles con la vida, por qué conformamos una unidad con la naturaleza y por qué hay que cuidar el planeta. La curiosidad de los niños(as) es mucha y cuando nos interpela, es en esos momentos cuando se debe satisfacer ese deseo innato de saber más y más.

El hecho de que el niño(a) tenga libertad para expresarse, garantiza su estabilidad emocional. Evite regañarlo cuando pinta la pared, o la ropa, en lugar de eso bríndele un espacio donde él pueda hacer lo que quiera y sentirse libre. Déjelo jugar y motívelo para que explote esa maravillosa magia que todos llevamos dentro: la creatividad. Facilítele juegos de piezas para construir, sin el catálogo, con la condición de que ellos lo continúen, invente canciones y cuente cuentos.

Desinhibirse no es fácil pero los resultados valen más que el esfuerzo, así que es importante que madres/padres y educadores comiencen a moverse, a fantasear, a explorarse, a utilizar todas las aptitudes lúdicas, esto es necesario para trasmitirles a los niños(as) el placer de crear.

Brindar todas las oportunidades para que las capacidades de los niños(as) se desarrollen no exige mayor conocimiento o una experiencia especial, cualquier momento es bueno para ello. Camino a la escuela, un paseo, una salida al parque, la visita al río más cercano, una caminata en la naturaleza, la hora del baño o de la comida, el juego y contacto con los objetos cotidianos, todos son momentos propicios para darle paso a la creatividad.

Muchas veces los adultos reglamentan, cohíben e intimidan el proceso creador del niño(a) sin que sean conscientes de ello. Los adultos están muy atados a la realidad y se muestran temerosos ante la avasallante imaginación de los niños(as) que a veces les hace dudar de su propia y fría realidad. “Los grandes” establecen una batalla entre el mundo real, y la fantasía y eso se lo transmiten al niño(a) en el juego y en la convivencia diaria; en lugar de demostrarle que ambas deberían coexistir en armonía. Claro, la diferencia entre realidad y fantasía es necesaria. Pero deje que los niños(as) la descubran y a cada una le den lugar de acuerdo a sus necesidades y vivencias. Ellos identificarán que cada cual tiene un tiempo y un espacio y que ambas son una pareja fundamental en la realización de sus proyectos.

Es un acto de respeto escuchar las ideas de los niños(as), sus palabras, sus chistes, sus fantasías y sus relatos. Lo que para los adultos es una “bobada” para los niños es algo importante. Reprocharles "mientes " o "si que inventas", cuando los están haciendo sus confidentes al contarles una historia ensoñadora, exagerada o que parece una mentira es negarles su libre expresión, es desconocerlos como sujetos interactuantes con múltiples realidades. Cuando el niño(a) cuenta esta queriendo decir algo, son importantes los dobles mensajes que trae la historia. A esa edad todo está bien, es producto original de la creatividad.

Recuerde que todos los objetos son susceptibles de transformación y por lo tanto impulsan la imaginación de los niños; una piedra se puede convertir en una montaña, una concha en caparazón de tortuga, un puñado de arena en chispitas mágicas. Es decir, la imaginación es una de las herramientas más valiosas que posee el ser humano y que por fortuna en la infancia toma forma, espacio y tiempo. Es una aliada de los procesos creadores, en todos los juegos y en cada expresión. Aproveche para renovar con los niños(as) su imaginación, su espíritu creador y enséñeles el bien que los rodea en el mundo, cómo conservarlo, cómo disfrutarlo y compartirlo.