lunes, noviembre 22, 2004

Memorias de una "puta" y triste realidad: En Colombia el abuso sexual contra menores de edad es alarmante



Con la mirada puesta en la cotidianidad colombiana de abusos, tráfico, violaciones de menores de edad (incluso al interior de los mismos hogares), Sonia Gómez escribe sobre la más reciente novela de García Márquez, "Memorias de mis putas tristes".

El planteamiento de la periodista es importante, oportuno y valiente, más si lo hace justo en el momento de la efervescencia por la publicación de la obra.

Llama la atención sobre esa realidad que en mi país no es mágica, es real, cruda y desesperante.
Lo que trabaja García Márquez es el imaginario que subyace en la conciencia de los colombianos?

Bueno, para que ustedes saquen sus propias conclusiones, aquí está el texto de la periodista:


LITERATURA SEXISTA Y ODIOSA

Por: Sonia Gómez Gómez,
El Colombiano, octubre 27 de 2004

Mientras el país se da golpes de pecho, se rasga las vestiduras, se asombra y se pregunta por qué crecen las cifras de violencia sexual contra los menores de 14 años, especialmente contra las niñas, nuestro Nobel y sus editores se llenan los bolsillos de plata con la "Memoria de mis putas tristes" que recrea las aventuras de un anciano que empieza su relato contando cómo "el año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenia una novedad disponible.". La novedad disponible para el antañón de marras fue, por supuesto, una virgencita de14 años", morena y tibia. La habían sometido a un régimen de higiene y embellecimiento que no descuidó ni el vello incipiente del pubis. Le habían rizado el cabello y tenía en las uñas de las manos y los pies un esmalte natural, pero la piel color de la melaza se veía áspera y maltratada. Los senos recién nacidos parecían todavía de un niño varón,pero se veían urgidos por una energía secreta a punto de reventar. Un tierno toro de lidia".

¿Qué novelón tan parecido a la realidad? ¡Ah, pero claro! es que estamos en el mundo del realismo mágico, en el mundo de las miles de "puticas tristes" que no lo son porque les da la gana, sino, precisamente porque una cultura machista, perpetuada por la literatura, por los textos escolares, por la tradición, ha enseñado a los varones que tienen derecho a darse esos gustazos con virgencitas indefensas, con pieles ásperas y maltratadas.

Qué odiosa es literatura que reproduce el esquema de la mujer objeto; esa literatura que se vende como pan caliente y llega a los salones de clase y se convierte en un texto obligado, para que a los chicos no se les olvide que a los 20, los 40, los 80 o los 90, la sociedad les da el derecho de quitarle la ropa a una niña y violarla, sin que nadie le importe su indefensión, y su desgracia.

Yo protesto contra esta literatura sexista, venga de donde viniere, así el autor de marras se llame Gabriel García Márquez, que más bien debería haberse ocupado, a estas alturas de la vida, por contarnos historias que nos den luces para salir de esta noche amarga de Colombia, donde los niños y especialmente las niñas, se han convertido en carne tierna para roedores humanos.

Yo me uno al coro de muchas mujeres que como yo estamos indignadas con la tal novela de las putas tristes, porque ya estamos cansadas de que laliteratura hable de las putas que venden su cuerpo por el hambre y de que guarde silencio ante los "putos" de todas las pelambres que se acuestan con niños y niñas, no por hambre, sino por saciar sus inseguridades y por reafirmar un poder que no tienen.

¡Por Dios, señora, si es sólo ficción!, dirán algunos. Pero cito a Florence Thomas cuando escribe: "el lenguaje es el fundamento de la reproducción del sexismo; es un aparato de construcción y de representación de la realidad y por consiguiente de la acción sobre ella por medio de elaboraciones simbólicas. A través de él internalizamos ideas, imágenes, modelos sociales y concepciones de lo femenino y de lo masculino, entre otras. En este sentido no habrá ni devenir femenino, ni nuevos sujetos, si dejamos el trabajo sobre lo simbólico y sobre el lenguaje, todo ese sistema de representaciones del mundo que conforman los pilares de nuestras identidades.

Este domingo, en el suplemento Generación, de EL COLOMBIANO, Fernando Rodríguez L., director del suplemento cultural Blanco y Negro del diario madrileño ABC, argumenta que esta novela tiene prosa de maravilla pero una historia sin fuerza, endeble, mínima y aburrida.

De acuerdo, y agrego: qué bueno que a la literatura se le despegue la aguja que marca siempre hacia burdeles llenos de putas y no hacia ellos como epicentro de una tragedia social que crece con el hambre y las desigualdades.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo pienso que la persona que escribe esto es una persona muy exagerada y soy más drástico aún con ella...me atrevería a decir que no tiene los pies puestos en la realidad de la genitalidad de los hombres y las mujeres. Averigue con cualquier hombre del planeta y le dirá que es muy agradable a la vista el cuerpo joven de una mujer, entre más joven más bello es. Que los hombres tengamos que ocultar al máximo este deseo real es otra cosa debido al alarmismo y a la exageración de mujeres feministas como la que escribe este relato criticando la obra de García Marquez pero que el deseo es real en cada hombre eso no se puede negar. Esto es lo que le falta saber a la señora que escribe esto pues al fin de cuentas ella no es hombre.

Y la invito a que hable con cualquier psiquiatra en el sentido que la persona que no tiene los pies puestos en la realidad es una persona con desórdenes mentales y es uno de los cuatro o cinco rasgos de la esquizofrenia.